Patología Mamaria

En las dos últimas décadas se han ido produciendo una serie de cambios en diversos aspectos de la Patología Mamaria que llegan a ser tan importantes que crean una nueva necesidad de interrelación con otras especialidades.

Antes de llegar a la situación actual, la mayoría de consultas por afecciones mamarias estaban motivadas en la práctica por la aparición de un «bulto» en la mama. Ello originaba, casi siempre, un acto quirúrgico a cargo del cirujano, menos veces, del ginecólogo, con la finalidad de efectuar una biopsia per-operatoria (es decir durante la intervención). En caso de benignidad se daba por solucionado el problema y ante el dictamen de malignidad por el anatomopatólogo, se procedía a una mastectomía radical y luego el radioterapeuta completaba el tratamiento.

Sintomatología


Uno de los síntomas más característicos pero poco frecuentes de la patología mamaria es la secreción por el pezón.

En este síntoma debemos buscar signos alarmantes como que la secreción sea espontánea, serosanguinolenta (ya que el 74% de secreciones de este tipo suele tener origen tumoral) que sea proveniente solamente de un conducto (ya que en estos casos tiene un 90% de posibilidades de ser una patología maligna); es decir, es importante cómo ocurre la secreción, el tipo y la identificación del conducto.

Diagnóstico de la Patología Mamaria


El diagnóstico de la patología mamaria se basa en la sintomatología, la palpación, la mamografía y la biopsia. Lo que más se suele buscar en el diagnóstico de la patología mamaria son lesiones benignas como un absceso o mastopatía, o lesiones malignas o tumorales